lunes, 14 de septiembre de 2009

Jano Ananidze, del pupitre del colegio al césped del Luzhniki


La cara de niño y una constitución todavía ligera delatan a Jano Ananidze. Pero con 16 años (10 de octubre de 1992) ya ha debutado en el Spartak de Moscú de Valery Karpin y la Georgia de Héctor Cúper ante Italia el pasado 5 de septiembre. En Georgia ya no es una novedad hacer jugar a los niños prodigios. Cuando a la selección georgiana la dirigía Klaus Toppmoller, ya le dio la oportunidad de debutar ante Escocia a Levan Kenia, el zurdo del Schalke 04, con 16 años y once meses y Levan Mchedladze, entonces en el Empoli y ahora en el Palermo, que tenía 17. Anadidze está todavía por desarrollarse físicamente y futbolísticamente, pero nadie puede discutir su clase, la habilidad para manejar la pelota y el descaro que tiene para jugar el balón cada vez que le llega. Y si no le llega, se ofrece, lo busca y juega con criterio. Casi siempre sale perdiendo cuando choca con los rivales, todavía le falta trabajar el físico, pero evita el contacto moviéndose con rapidez y poniendo en práctica su pericia en el manejo de la pelota. Es diestro, dinámico, tiene capacidad para generar juego y destaca cuando su equipo tiene la posesión del balón. Regate corto y toque.
En el Spartak, Valery Karpin lo coloca casi al lado del estupendo mediocentro Rafael Carioca, al que ayuda en la distribución de la pelota, y unos metros por detrás de otro brasileño, el magnífico Alex, que hace las funciones de mediapunta en el equipo moscovita. El círculo central es su centro de operaciones, aunque sin renunciar a acompañar a Alex y a los puntas. Sin embargo, Héctor Cúper lo alineó jugar con la selección de Georgia como centrocampista ofensivo por detrás del punta Vladimir Dvalishvili del Maccabi Haifa.
Para darse cuenta de la importancia que ya tiene en el equipo moscovita, basta comprobar que no rehuye el contacto con el balón y es el encargado de poner en juego el balón en las faltas y los córners a pierna cambiada desde la izquierda. Por sus características físicas y técnicas parece destinado a ser un mediapunta encargado de dar asistencias o finalizar las jugadas cerca del área rival.
Su aparición en la Liga rusa es similar a la de Alan Dzagoev, que cada vez está jugando mejor y sigue su ya anunciada progresión en el CSKA de Moscú en 2008. Un año después y tras el regreso de Wagner Love a Brasil, Dzagoev se ha convertido en el líder de un equipo que desde la pasada semana dirige Juande Ramos. Ambos tiene algo en común: Dzagoev debutó con la selección rusa contra Alemania, convirtiéndose en el jugador más joven en vestir la camiseta nacional y Ananidze entró en la historia por ser el futbolista más precoz en vestir la camiseta de Georgia.
Futbolista con potencial innegable, aunque tendrán que dosificar y cuidar en los próximos meses. Tiene calidad y recursos, pero no conviene adelantar los tiempos. Su progresión futbolística debe ir acompañada de un adecuado trabajo físico y táctico que le permita mejorar en potencia y resistencia y le haga comprender mejor algunos detalles del juego. También será necesario que defina su posición en el campo.

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