martes, 23 de febrero de 2010

El Udinese entra en un peligroso estado de excitación



Una imagen repetida, gol Rodrigo Palacio para el Gévona mientras los jugadores del Udinese acompañan la jugada

-El equipo del Friuli está con 24 puntos al borde de descenso.
-El presidente Pozzo destituyó a Pasquale Marino en la jornada 18 y le dio el equipo a Gianni De Biasi al que acaba de cesar para que retorne Marino al banquillo. Una locura.
-Tiene al máximo goleador del campeonato, Antonio Di Natale con 17 goles, pero el equipo es incapaz de reaccionar cuando el rival se pone por delante en el marcador.
-El club ha entrado en un peligroso estado de excitación.


El Udinese bordea el descenso en la temporada mas extraña de su historia. Esta semana oficializó el cese de Gianni De Biasi, el ex técnico del Levante, y anunció el regreso de su anterior técnico Pasquale Marino. Nada nuevo Italia, donde los clubes, lejos de mirar al futuro, toman decisiones cada semana. Extraño en el equipo de Udine, que siempre planificó las cosas con coherencia. Nunca fue un grande, nunca ganó un Scudetto, pero siempre ha sido un equipo respetado por su forma de jugar alegre y está consolidado en una Liga extremadamente competitiva.
Equipo con una especial talento de trabajar el mercado de fichajes y descubrir y promocionar jugadores desconocidos de Ligas menores (de Sulley Muntari a Felipe, de Zapata a Gökhan Inler, Gaetano D'Agostino y Alexis Sánchezel, hasta último valor, el lateral derecho colombiano Juan Cuadrado), ahora se encuentra en un peligroso estado de excitación.
Pasquele Marino había llegado al Friuli en verano de 2007 sustituyendo a Alberto Malesani para uilizar su práctico 3-5-2 que tan buen resultado le dio. En dos temporadas hubo de todo: grandes momentos y algunas notables decepciones. La pasada temporada llegó a sumar seis victorias consecutivas en Liga en su momento más álgido como entrenador del Udinese.
Y de pronto, en una rara maniobra de marcha atrás, el Udinese vuelve a confiar en Marino, quien había sido destituido el 22 de diciembre tras la decimoséptima jornada de Liga. Maniobra orquestada por su presidente, Giampaolo Pozzo, que vive su peor momento desde que desenbarcara en la entidad en julio de 1986. Pozzo sintió miedo en Génova, vio el descenso a Serie B y tiró por la calle de en medio.
Lo cierto es que De Biasi no había mejorado el juego y, mucho menos, los resultados. Ocho partidos en el banquillo aurinegro sellados con cuatro derrotas; tres empates y una única victoria 3-1 ante el Napoli en el Friuli. Cogió al Udinese con 18 puntos y lo deja con 24. Pobre balance. Y más allá de los resultados, la sensación de desorientación que se apodera de una escuadra dañada en el aspecto psicológico que dobla la rodilla en el momento que el viento sopla en contra.
Ahora Marino tiene por delante una tarea complicada: ganar partidos, hacer las paces con los aficionados y mejorar el ambiente en la plantilla. Y tendrá que evitar que el equipo se descomponga cada vez que pierde a Gaetano D'Agostino por lesión. Es cierto que es el centrocampista que ayuda a Inler en la construcción, equilibra el centro del campo y aporta goles llegando desde la segunda línea: 11 la temporada pasada, aunque, ni eso, justifica el desplome del conjunto.
En cualquier caso, sería anormal ver al equipo de Udine luchando por evitar el descenso en las últimas jornadas del Scudetto. Porque tiene un equipo definido con una columna vertebral con mas nivel del que está ofreciendo partiendo de Samir Handanovic (un portero de grandes reflejos titular en la selección de Eslovenia y acostumbrado a hacer milagros); dos buenos centrales como el colombiano Zapata y el zurdo serbio Lukovic; el excelente mediocentro suizo Gökhan Inler, táctico, duro y competitivo; la clase indudable y los regates del chileno Alexis Sánchez y los goles de Antonio Di Natale, que merece un capítulo aparte. Di Natale es el máximo goleador de la Liga italiana con 17 tantos, una paradoja. Lo que seguro es que ha evitado que su equipo esté acompañando a los colistas en estos momentos en el fondo de la tabla. Rápido, sin necesidad de vivir en grandes espacios, capaz de crear una ocasión de gol con muy poco, Di Natale parece el único delantero clarividente en un equipo que no ve la luz, aunque la dependencia del goleador acaba pasando factura a su equipo.
Cierto que perdió en algunos cambios: Fabio Quaqliarella fue traspasado al Napoli y, a cambio, ficharon a Bernardo Corradi en la recta final de su carrera, pero tampoco justifican el desastre actual que vive el equipo de Udine.
Y quedan algunas prguntas por responder. Por ejemplo, ¿porque el presidente Pozzo defendió a muerte a Marino la pasada temporada y, sin embargo, en la actual no fue capaz de mantener el tipo ante las críticas. Y ¿que pasará con las buenos futbolistas si hay drama a final de temporada? El Udinese no podrá aguantar sus fichas y habrá cola en las oficinas del Friuli, porque hasta siete u ocho jugadores tienen sitio en equipos más grandes.

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